viernes, 22 de enero de 2010

CONFESIONES

Hoy .
Dia a dia voy envejeciendo,
Dia a dia voy dejando
mis carnes que no valen ni.
un sol de lata en el camino
Cada vez voy sintiendo que peso
menos,
y las manecillas del trémulo reloj,
quien es mi compañera
que desclava sus sonrisas,
y me las da hipócritamente
me va diciendo:
que más tarde a las doce,
en que el día y la noche se coquetean;
mientras el hombre sueña,
que mañana comerá sudor y sobras
que deja el rico,
me llegará
la dama de la sonrisa fácil,
que me llevará a lo ignoto
desnudo
y descalzo como mueren los pobres,
eternamente de cara mirando al cielo.

Créanme.
No quiero entender,
que el dolor siempre
viene agarrado del estribo del ómnibus
a buscarme.
Pero siempre viene,
a empañarme mis ojos.
Yo no lo quiero entender
Embrollo mis pensamientos.
Detengo a mi memoria,
y  mi corazón se ha vuelto,
como un palo contorsionado
Durísimo.
Nudoso y cetrino.
para no llorar,
porque hoy algunos como mi vecino,
por la miseria y el hambre
ofertan sus ideales,
al mejor postor.

Créanme.
Que no lo quiero entender,
pero ya tengo treinta años de cargar
el madero de la vida.
El dolor disfrazado de sonrisas,
todos los días
toca cortesmente a mi puerta,
y me deja una flor muerta,
para que yo la riegue con
el agua límpida salada de mis
lágrimas.
Pero para regar esa flor,
ya no puedo
porque el manantial de mis ojos,
de tanto llorar
han quedado como arroyos secos,
como quedan las chacritas de la sierra,
cuando la lluvia,
no quiere que el surco diario
del maíz sonría al campesino

Mis penas,
Por el dolor,
que a veces me hacen reír,
para que mi flor no se dé cuenta,
y ella también no sufra más
cada día,
Cada noche
se acuesta a mi lado,
en mi cama de angustia,
almohada de tristeza,
y frazadas de desesperanza y abandono.
porque yo quiero,
resucitar esa flor
que el dolor me deja en mi puerta,
porque la quiero,
y aunque me quede
como un madero de seco,
nunca la abandonaré
porque la quiero a ella socialistamente;
sin egoísmos
sin rencores
ni hipocresías,
porque a pesar que no puedo sonreír
por el dolor,a ella le sonreiré,
como el trigal tiernamente
sonríe al sol

LA VIDA SE ME VA DE LAS MANOS 
Me parece que únicamente
de noche se me va la vida en oleadas de sangre.
Se me va escurriendo de mis manos,
que la quieren atrapar.
Pero mi vida esta llena de espinas, de púas,
de agujas, de pencas
por eso no la puedo atrapar.
!Señor!
por piedad ayúdame a detener mi vida rezo
Mi vida se va con incesante borbollones,
en las eternas noches lúgubres.
Yo miro que se va con la solemne vaciedad de la idea.
Pero tú que haces?
Yo no vivo para tí?
Tú eres el Señor de los cielos, de los explotados,
de los oprimidos, de los pobres de espíritu, pero no haces nada,
ni por los perros dorados al sol oblicuo.
...Ya no importa  si no me ayudas a detener mi vida.
No me importa, porque mi porvenir extinguido
no le importa a nadie.
Ve aquí está sollozando mi alma entera sobre mis brazos,
que pocas veces ha visto amargura más seca y tranquila,
porque mi vida se va por las noches y no la puedo atrapar.

LO QUE YO GRITO
El nombre que yo grito,
en estas palabras que avanza por la senda
de los canillitas tránsidos de frío, es vida,
luz que germina en mi corazón de niño,
pues para esto fui hecho con barro y magia,
con palabra, y la verdad desnuda.
Como olvidar que donde caigo
arden cucarachas.
Como olvidar que donde caigo
arden cacerolas llenas de agua y cuatro fideos,
porque el reajuste de sueldo no alcanza para más.
Como olvidar que donde caigo arden
amigos a quien amo que no encuentran trabajo
porque no tienen padrino.
Amo la realidad,
por eso el nombre que yo grito,
en estas palabras que avanza por la senda
de la parada abarrotado de humiteros y charlatanes
es libertad,
semilla de la vida
Cómo olvidar que donde caigo
arden en las cárceles, estudiantes, dirigentes laborales,
ladrones, drogadictos y homosexuales
durmiendo en alfombras de lodo y chavetas.
Como olvidar que donde caigo arden los generales
que a punta de sablazos
de sudor de vino
de champaña, se empinan por ser ministros
y desde allí dirigir a las serpientes con saliva dulce,
y maten al hombre que no está contento
de roer los huesos del oficio
Y maten al hombre que no esta contento de vivir en esta sociedad
de humillaciones y traiciones,
donde los derechos y la justicia se pierden
como se pierde el agua derramada.
Vida.
Libertad.
Es lo que yo grito..

 GROTESCA TUBERCULOSIS
Cuando la noche ha caído por completo
el obrero camina a su morada
con la imagen del capataz en la retina.
En sus ojos de un verde acerado
hay ansiedad de llegar pronto a su rincón,
para narrarle a su compañera,
que mientras ellos se descascaran como las paredes viejas
trabajando de siete a siete por un mísero salario
que no alcanza ni para comprar sueños,
el burgués en su residencia
se revuelve en su lecho enloquecido de felicidad,
con su maja que lo tiene todo.

El obrero quiere llegar pronto a su casa,
cuyos rincones duermen las sombras
del hambre y la desocupación,
para narrarle a su compañera,
con la voz lejana de quién resucita un viejo dolor,
que ayer cuando caía la tarde
fue al hospital para curarse de la TBC
que cada vez acibara su vejez
que cada vez desmenuza su ser ,
Quiere llegar pronto a su casa,
mirando al cielo de luto
para narrarle a su compañera
que por culpa del patrón que no le paga lo justo
hoy él es como el aliento de los desgraciados
enterrados vivos en el quiste de ladrillo y hierro
Para decirle a su compañera que la TBC
le hace sentir el azúcar dulce en los labios
pero amargo en los ojos
porque atrás del negro palmar del arroyo
están las metralletas del ejército ramplón,
al acecho para defender a los vampiros del pueblo.
Para decirle a su compañera que juntos,
espantando al miedo, derrotarán al enemigo.